Reconocimiento a Eduardo Llerenas

Eduardo Llerenas hizo su maestría y doctorado en bioquímica en el Centro de Investigación y Estudios Avanzados. Trabajó como profesor-investigador hasta 1985, cuando tomó la decisión de dejar la ciencia para dedicarse a tiempo completo a la investigación y promoción de la música tradicional.
 
La pasión musical de Eduardo nació tempranamente, primero con el son y bolero cubanos que escuchaba en casa y luego con los músicos en las presentaciones de la Asociación Mexicana del Folklore, fundada por Beno Lieberman, amigo y colega de Eduardo, en un sin número de viajes de grabación hasta el deceso de Beno,en 1985.
 
En compañía de Beno y de Enrique Ramírez de Arellano, Eduardo empezó a viajar por México en 1969 y a grabar profesionalmente en 1971. Grababan en nueve regiones de México, comunidades pequeñas y grandes, en donde encontraban a excelentes músicos del son mexicano, herederos de la larga tradición de su región. El archivo fue sistemático y con mucha atención a la calidad técnica y artística, aunque el proceso de grabación fue lúdico, reflejo del carácter de los tres y de su interés particular en grabar a grupos que comunicaban el profundo placer de esta música. La sensibilidad de Eduardo, que siempre intentaba acercarse al de la comunidad misma, resultó en un archivo único por su contenido estético, primero de música mexicana y, desde 1974, de la música caribeña, con grabaciones en la República Dominicana y más tarde en Haití, Belice, Panamá Cuba, y otras islas del Caribe.
 
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En 1985, Eduardo empezó a promover algunas de las grabaciones del archivo en el circuito cultural, formando la Asociación para la Investigación de la Música Tradicional, sello que lanzó seis álbumes de música mexicana y caribeña, incluyendo la ‘Antología del son de México’ que sigue siendo una referencia clave para la música tradicional mexicana y fuente importante para las nuevas generaciones de músicos tradicionales.
 
En 1991 y 1992 Eduardo programó la música tradicional para el Festival del Caribe en Quintana Roo, papel que realizó en otros festivales incluyendo el Festival del Fuego en Santiago de Cuba, el año que éste fue dedicado a México.
 
Fue en 1992 que Eduardo formó, junto con Mary Farquharson, Discos Corasón, para ampliar el archivo mexicano y también extender su alcance geográfico. En 1993 Eduardo y Mary produjeron 26 programas para Radio UNAM, ´África, África, la huella de África en la música del mundo’. Cuatro años después, en 1997, lanzaron en México el primer CD de la serie de Buena Vista Social Club, producido por World Circuit, y organizaron conciertos en México para la orquesta cubana, en el Auditorio Nacional, el Festival Cervantino, el Zócalo y otros foros. Los dos grabaron y promovieron a muchos grupos de son y bolero de Santiago de Cuba, algunas de estas grabaciones premiadas, incluso por el gobierno cubano. Otros premios incluyen el Rolex Awards for Enterprise, de Ginebra, Suiza, por la documentación musical de la música mexicana, y varios Grammys por diferentes discos en el catálogo de Corasón.
 
En 2003, después de haber presentado en vivo a importantes artistas africanos en México, Eduardo viajó a Mali primero para investigar y luego para grabar a músicos de la casta de los griots. Su disco, la primera grabación mexicana hecha en África, fue nominado al Grammy. En los siguientes años, Eduardo y Mary presentaron música gitana en vivo y en disco, con importantes conciertos en la Sala Nezahualcóyotl, que abrieron paso a la creación musical de grupos mexicanos de música balcánica.
 
Hoy en día, el catálogo de Discos Corasón cuenta con unos 100 títulos, incluyendo el primer disco de Eliades Ochoa y el último de Chavela Vargas. El sello Corasón lanzó a la fama no solo a Eliades sino a artistas mexicanos que incluyen a la Arpista Jarocha, la Negra Graciana, al violinista de la Tierra Caliente Juan Reynoso, y al trío huasteco Los Camperos de Valles. Aunque el catálogo mexicano se dedica sobre todo a los diferentes sones, Eduardo también ha grabado varios discos de trova yucateca y a importantes músicos indígenas que interpretan el repertorio local en purépecha y zapoteco.

 

En términos de la música en vivo, Eduardo y Mary Farquharson, han abierto los oídos del público mexicano a la música del África Occidental, a los excelsos músicos gitanos de Rumanía, a la música espiritual de Azerbaiyán y lo más novedoso del ‘underground’ de Ucrania. Tratándose de música rural, música de arte o espiritual, música alternativa o de fusión como es el caso de los grupos contemporáneos de la escena ‘Balkan en México’ el interés de Llerenas se ha encontrado siempre en la creatividad, el virtuosismo y la humanidad de los artistas.
 
A casi 25 años de la fundación de Discos Corasón y a casi 45 años de haber empezado a grabar música tradicional mexicana, Eduardo empieza un nuevo proyecto de talleres informativos, para así pasar su conocimiento a una nueva generación de productores e interesados en lo que es la música tradicional de México y el mundo.